Explora la propiedad privada como un pilar fundamental e indispensable para la civilización humana, la prosperidad económica y la libertad individual. Argumenta que la propiedad privada no es solo un derecho, sino una necesidad lógica derivada de la acción humana, siendo crucial para el cálculo económico racional, la división del trabajo y la cooperación social.

La prosperidad económica es una consecuencia lógica e inevitable de la libertad económica absoluta, una verdad praxiológica tan incontestable como las leyes de la lógica.

La inflación es resultado directo de la expansión artificial del dinero por gobiernos y bancos centrales, y no de otros factores como la codicia empresarial o crisis externas.

El capitalismo es el único sistema económico capaz de liberar a la humanidad de la miseria ancestral, destacando su papel crucial en la Revolución Industrial. Explica que el capitalismo funciona al respetar y aprovechar la naturaleza de la acción humana, promoviendo la acumulación de capital, la competencia, y un sistema de precios eficiente para coordinar actividades económicas.

Explica que principios lógicos como los axiomas de la acción humana, la preferencia temporal y la utilidad marginal decreciente, junto con instituciones clave como la propiedad privada, la formación de precios y el cálculo económico, son esenciales para la coordinación y prosperidad. Además, examina cómo las intervenciones monetarias pueden generar ciclos económicos y cómo el intervencionismo gubernamental crea problemas que exigen más intervenciones, llevando a la inestabilidad.

el intervencionismo económico no es simplemente ineficaz, sino lógicamente imposible y autocontradictorio, destinado al fracaso. El cálculo económico racional es inviable sin la propiedad privada y los precios de mercado, los cuales el intervencionismo elimina progresivamente.